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Las tribus mongolas y turcas picaban y moldeaban la carne para comerla en sus largas travesías a caballo

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Pero ¿de dónde surgió la inspiración para esta elaboración proveniente de Hamburgo? Según cuentan varios historiadores, su origen se remonta al siglo XIII y en las tribus mongolas y turcas que asolaban parte de Europa. Estas personas acostumbraban a pasar largas horas montando a caballo, al ser poblaciones nómadas. Necesitaban llevar encima provisiones para tratar de comer con una mano y rápidamente mientras iban a caballo. La solución fue mezclar carnes de diferentes tipos de ganado picadas y cortadas en tiras. La aplastaban y la moldeaban con la forma de un filete fino. Posteriormente, pasaban a colocarlas bajo la alforja del caballo que montaban y en la que pasaban largas horas al trote y al galope. La fricción y el calor generado por el desplazamiento sobre el animal provocaba que esta carne llegara a ponerse tierna. Tras esto, solo tenían que cogerla y comerla. Así se extendió el uso de la carne picada para conformar filetes en la zona de Europa. Y también lo hizo la receta del steak tartar que cogieron los rusos tras el paso de los mongoles por su tierra. Y es que el nombre de esta última elaboración es una clara referencia a estas tribus a los que se conocía como tártaros.

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